Una tradición única que une fe, historia y pueblo

Cada Lunes de Pascua, Fuenterroble de Salvatierra revive una de sus tradiciones más queridas y antiguas: la ofrenda de los huevos al Santísimo Cristo del Socorro. Una costumbre que se remonta al siglo XVIII y que, generación tras generación, sigue llenando de emoción y sentido de comunidad a todos los fuenterrobleños.

El origen de un milagro

Cuenta la tradición que, en tiempos difíciles, una madre desesperada pidió ayuda al Cristo del Socorro para salvar la vida de su hijo enfermo. Al día siguiente, junto a la cama del pequeño, aparecieron misteriosamente varios huevos, alimento que permitió su recuperación.

Agradecida, la mujer ofreció al Cristo lo poco que tenía: una docena de huevos. Ese gesto humilde dio origen a una devoción que ha perdurado más de dos siglos.

Una ofrenda con sabor a historia

Desde entonces, cada Lunes de Pascua, los vecinos del pueblo ofrecen huevos al Cristo del Socorro como símbolo de gratitud y promesa cumplida.

Los encargados de mantener viva esta tradición son los mayordomos, voluntarios que asumen con orgullo la tarea de organizar la ofrenda: recolectan los huevos casa por casa, los cuecen con esmero y los llevan hasta la ermita del Santísimo Cristo del Socorro, donde son bendecidos entre rezos y cantos.

Antiguamente, después de la bendición, los huevos se intercambiaban por trigo, utilizando la vieja medida del celemín. Las animadas discusiones sobre el precio justo eran parte del encanto de la jornada, y el trigo obtenido se destinaba a mejorar la ermita o ayudar en las necesidades del pueblo.