Las Aguedas

El día en que las mujeres toman el mando

Cada 5 de febrero, la festividad de Santa Águeda —patrona de las mujeres— llenaba las calles de Fuenterroble de Salvatierra de color, música y alegría. Aunque hoy esta tradición ha perdido fuerza, su recuerdo sigue muy vivo en la memoria del pueblo, como símbolo de identidad, fuerza femenina y orgullo local.

Una tradición con carácter

Antiguamente, en este día tan especial, el alcalde entregaba el bastón de mando del municipio a la Presidenta de las Mayordomas, cediendo simbólicamente el poder a las mujeres. Vestidas de auténticas “águederas”, lucían sus trajes tradicionales castellanos: falda y jubón, pañuelos de mil colores y una vara en la mano para acudir a misa.

La jornada comenzaba con la misa solemne y la procesión de Santa Águeda, encabezadas por las mayordomas. Después, las mujeres se reunían en casa de una de ellas para disfrutar de un ágape festivo, donde no faltaban los dulces, el vino y las risas.

Música, bailes y buen humor

Por la tarde, el ambiente se llenaba del sonido de la dulzaina y el tambor, mientras las mujeres bailaban jotas rodadas con una energía contagiosa. Entre danza y danza, lanzaban los típicos chillidos o alaridos, que

evocan la valentía y el sufrimiento de Santa Águeda, mártir por su fe y símbolo de fortaleza femenina.

Y, como manda la tradición, ese día los hombres quedaban en segundo plano. Solo el cura y los músicos podían participar sin riesgo… porque si algún varón se negaba a bailar o a colaborar con la fiesta, las águederas no dudaban en “recordarle su deber” con un divertido varazo.

Una fiesta que merece revivir

La festividad de Las Águedas fue durante generaciones un canto a la igualdad, la hermandad y la alegría de ser mujer. Recuperarla sería volver a dar vida a una de las costumbres más auténticas y pintorescas de Fuenterroble de Salvatierra.

Porque, por un día, ellas mandaban… y todos lo celebraban.